Nueva disposición de aula
13 de octubre de 2014
La semana pasada cambié la disposición del aula. Si visteis el vídeo donde practicábamos las partes del cuerpo en inglés, seguro que os disteis cuenta.
Los primeros días de septiembre, cuando organizaba el aula, decidía cómo estructurarla y dónde ubicar todo, pensé en colocar las mesas de los niños en diferentes grupos grandes, pero me advirtieron que era un grupo-clase muy movido y que quizás no era buena idea (porque es más fácil que interaccionen entre ellos). Así que pensé que a lo mejor no estaría mal empezar mirando todos al frente y luego, sobre la marcha, ir viendo las diferentes opciones en función de las necesidades.
Pasadas unas semanas y viendo las particularidades de mi grupo, decidí probar a colocarlos en cuatro grupos grandes. Así:
- El aula parece más amplia. Al estar agrupados en 4 zonas, queda más espacio entre las mesas y más zona libre en general.
- Me ayuda visualmente a controlarlos. No sé si es una percepción mía o a los demás también les pasa, pero me da la sensación de que puedo verles a todos mejor. Ya no son tantas filas de mesas y alumnos abarcando tanto espacio, sino que con 4 golpes de vista, los veo a todos. Antes, tenía más la sensación de que eran 25. Ya os digo que quizás es algo personal…
- Es más fácil que las mesas estén ordenadas. Vale, lo admito, es otra manía mía, pero no me gusta nada ver mesas torcidas, desalineadas o desordenadas. Me da sensación de caos. Y en 4 grupos, con varias mesas juntas en cada grupo, es más sencillo que estén en su lugar. ¡Qué le vamos a hacer! Yo me tengo que habituar a sus particularidades y ellos a las mías. El otro día les soltaba una charla a los niños sobre lo importante que es lo que entra por nuestros sentidos. Que igual que nos gusta mirar por la ventana y ver un paisaje agradable (seguro que si tuviéramos vistas a un estercolero, cerraríamos las persianas), también nos sentimos mejor en un espacio que está limpio, ordenado y bonito. Nos hace sentir bien. Y por eso tenemos que colaborar todos. Porque ya que pasamos tantas horas al día en nuestra aula, vamos a cuidarla al máximo para sentirnos fenomenal en ella. Y también cuidaremos al máximo el nivel de ruido. Porque estar en un ambiente tranquilo, también ayuda a nuestro bienestar (sin contar que nos ayuda a concentrarnos y a trabajar mejor).
- Ayuda en otros aspectos organizativos del aula. Al ser sólo 4 mesas, es muy fácil organizar algunas tareas que tenemos que realizar por turnos. Mesa 1, mesa 2, mesa 3 y mesa 4. ¡Listo!
- Hay menos material de aula por el suelo. El hecho de tener las bandejas de colores en el centro ayuda a que hayan disminuido las caídas. Y es que antes, en más de una ocasión, ¡se caían por la parte de atrás de la mesa!
- Favorece el aprendizaje cooperativo.
- La mayoría de los alumnos pueden mirar indistintamente a las dos pizarras, la digital y la de tiza. Los que están de espaldas a la de tiza se giran sin problemas, porque además escribimos cosas puntuales, pero el gran grupo clase no tiene que moverse, lo cual es más cómodo para la dinámica del aula.
- A los alumnos les gusta más. Habrá que tenerlo en cuenta, ¿no?
Desventaja: puede dar más pie a interacciones inadecuadas entre ellos, al tener compañeros a ambos lados y al frente.
Y os preguntaréis, ¿compensa? Pues tengo que decir que por ahora sí, y mucho. El día que deje de funcionar por algún motivo o porque las circunstancias cambien, ya me plantearé otra disposición. O quizás la cambiemos porque a veces gusta cambiar y renovar, y resulta menos aburrido.
Y compensa porque no se ha dado la posible desventaja de este tipo de agrupación. La verdad es que tengo que decir que aunque mi grupo es movido, hemos mejorado muchísimo el clima del aula a la hora de trabajar. ¡¡¡Bien!!! Yo me he repetido como un loro hasta la saciedad, y ellos se han esforzado en mejorar. Así que ¡objetivo conseguido! Y como lo estamos haciendo mucho mejor, es factible esta nueva organización de aula (no es que la nueva colocación de las mesas haya mejorado su actitud. ¡Ya la habían mejorado antes!).
Y compensa porque no se ha dado la posible desventaja de este tipo de agrupación. La verdad es que tengo que decir que aunque mi grupo es movido, hemos mejorado muchísimo el clima del aula a la hora de trabajar. ¡¡¡Bien!!! Yo me he repetido como un loro hasta la saciedad, y ellos se han esforzado en mejorar. Así que ¡objetivo conseguido! Y como lo estamos haciendo mucho mejor, es factible esta nueva organización de aula (no es que la nueva colocación de las mesas haya mejorado su actitud. ¡Ya la habían mejorado antes!).
Por otro lado, cuando les da por ponerse habladores o movidos, se las ingenian para interactuar sea cual sea la disposición de las mesas (se giran, se levantan, etc.). Pero me reitero en que hemos avanzado muchísimo en ese aspecto. Y sólo llevamos un mes. Confío en que, poco a poco, esa buena actitud sea más natural e intrínseca y menos "forzada" por mi continuo marcaje. De hecho, ya he podido empezar a "aflojar cuerda". Otra cosa son los cambios de clase, salir al pasillo a colocar/recoger algo de la mochila, ir al baño, bajar al patio, etc. Todo lo que implica movimiento nos cuesta un poquito más hacerlo de forma ordenada y tranquila. Pero tiempo al tiempo. ¡Somos unos campeones y estamos a tope, así que no tengo duda de que lo conseguiremos!
Y para que veáis que no miento, aquí tenéis una foto de mis alumnos trabajando. La hice de manera improvisada y sin que se dieran cuenta. No estaba preparado ni estaban posando. ¡Fue un robado en toda regla! ¡Palabrita, palabrita!
¡Para comérselos! :-)
Soy una mujer de 42 años, vivo en Mexico. Y esa disposicion de las mesas mi maestra de 2 año la usaba y le resultaba genial para un grupo de 45 niños... que asi son normalmente los grupos en Mexico, grandes muy grandes en las escuelas publicas.
ResponderEliminar¡Vaya! Aquí en España los grupos eran así de numerosos cuando yo era niña. Afortunadamente las cosas han ido cambiando, y más tendrían que cambiar...
EliminarUn saludo.