Sellos de refuerzo positivo

La semana pasada os enseñé mis pegatinas de refuerzo positivo y os conté que tenía una sorpresa para mis alumnos que estaba a puntito de llegarme. Y así fue, el viernes mismo me llegó el paquete. ¿Y qué era? Pues tres preciosos sellos motivacionales, de refuerzo positivo.

Los encargué porque quiero combinarlos con mis pegatinas. Creo que cuantos más recursos tengamos al alcance, mejor, y si los vamos alternando, más ilusión les hace a los peques (porque siempre lo mismo, es más probable que se lleguen a acostumbrar). Además, las pegatinas a veces se les despegan y las pierden. ¡Con los sellos los tengo marcados hasta que se laven las manos con agua y jabón! Los papis no os asustéis, que la tinta sale fácilmente, no hay que frotar demasiado. Los probé primero en mí ;-)

¿Y qué contaros de los sellos? Pues que, aunque creo que están pensados para corregir, yo ya tengo mi propio kit de sellos para corregir, y no los compré con ese fin (quizá los use puntualmente en algún trabajo, ya que son sellos mucho más pequeños y me pueden resultar útiles en alguna ocasión). Yo los quería para reforzar sus conductas positivas. Y me decanté por tres: la banderita de "genial", porque sirve para múltiples ocasiones (y se ve que he acertado, porque ha tenido un gran éxito con los alumnos), la estrella de "eres grande", simplemente porque me encantó y porque, aunque sean pequeños, ¡son grandes personas!, y el lápiz de "buen trabajo", para poder recompensar a algún alumno que ha trabajado especialmente bien ese día. No voy a usar sellos con caritas tristes, indiferentes o frases tipo "debes mejorar". Y no lo voy a hacer porque prefiero sólo premiar las buenas conductas (y porque, personalmente, no me gusta sellar a nadie con una carita triste que le recuerde, cada vez que la vea, que no lo ha hecho bien). Intento usar sólo el refuerzo positivo y, en cualquier caso, si no hay una buena conducta a destacar, pues no reforzar nada. Los castigos intento desterrarlos de mi vocabulario y dejarlos para ocasiones puntuales, pero no viéndolos como un castigo, sino enfocándolos como una consecuencia a nuestros actos. A veces, separo a algún alumno de la mesa común porque está contínuamente jugando con los compañeros o hablando en exceso. Y no me gusta verlo como un drama o una especie de "ala, separado del resto, ¡desterrado!", sino como una forma de mejorar la situación: "ya que ahora estás muy distraído y no estás trabajando bien, buscamos un lugar más adecuado para poder concentrarte y trabajar correctamente". ¿Y qué pasa con los sellos de corregir, que además de soles brillantes y arcoiris, hay una nube o una tormenta? Pues que en ese caso es diferente: a veces el trabajo debe mejorar (casi siempre por una cuestión actitudinal) y así se les debe hacer saber (porque tampoco se trata de sobreprotegerlos en todo), pero con un mensaje en positivo: "tú puedes hacerlo mejor". Y quizás sea una manía mía, pero me gustan más las nubecitas que las caritas tristes. A lo mejor es porque me parece que con las caritas estamos mezclando emociones, o que la carita triste implica que quien la pone está triste, enfadado o decepcionado. Y no tiene por qué ser así.
Bueno, que me extiendo demasiado, para variar :-)

Aquí tenéis unas fotos de mis sellos "molones". Les he hecho la foto con la tarjeta de la tienda donde los encargué, no porque me lleve comisión ni porque suponga nada para mí, sino porque luego muchos me preguntáis dónde los he comprado (ya me pasó con el kit de corregir). Son mucho más asequibles que los otros (tampoco tienen nada que ver en cuanto a tamaño, personalización, acabado...). Pero están fenomenal y cumplen estupendamente su función. Así que si queréis daros un caprichito (y no un caprichazo como con los otros), están muy bien y son muy prácticos, al llevar la tinta incorporada. Cualquier modelo se puede escoger en tinta roja, azul y verde, pero yo no pedí ninguno en rojo precisamente por lo que acabo de contaros, que quiero desligarlos del hecho de corregir. ¿A que son súper monos? Pues tendríais que ver las caras de mis alumnos cuando los "tatúo". ¡Es que se les ilumina al instante y se quedan todos orgullosos con su trofeo!

Si hacéis click en la imagen se ve a mayor tamaño

Y como he hecho en otras ocasiones (porque siempre tengo muchísimas cosas que contaros), aprovecho el post para enseñaros otra aportación de mis alumnos. La semana pasada Óscar trajo un libro a clase (como empieza a ser habitual) para compartir con sus compañeros. Por primera vez, ¡no era un libro de animales! Aunque no nos salimos de las ciencias naturales :-) ¡Era un súper libro del cuerpo humano! Me encantó ver la reacción de sus compañeros y comprobar que saben muuuuucho más de animales que de biología. De hecho, cada vez que Óscar nos mostraba una página, se oía: "¿Qué es eso?" y "¡Puaj! ¡Qué asco!". Asco a pulmones, corazones, cerebros, aparatos digestivos... Se ve que no están muy habituados a ver el cuerpo humano por dentro ;-) Así que fuimos nombrando todas las partes del cuerpo que salían en el libro e intentando asimilar que no nos tiene que dar ningún asco, que gracias a todos esos increíbles órganos, nuestro fascinante cuerpo funciona a la perfección. ¡Muchas gracias, Óscar, por tu aportación! Y, por cierto, ¡hoy te hemos echado de menos! Que sabemos que no has venido a clase porque estás malito. Esperamos que te recuperes muy pronto. ¡Un besazo de parte de todos!

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