Manual para soñar: IDEAS QUE HACEN COSQUILLAS
24 de enero de 2016
Hoy voy a compartir con vosotros la segunda sesión del Proyecto Entrénate para soñar, en la que trabajamos las páginas del Manual para soñar: Ideas que hacen cosquillas.
En esta sesión seguimos trabajando para conseguir responder al primer interrogante global: ¿Cuál es tu sueño?
La semana pasada, con Sueños de alas y plumas, vimos que todas las personas son diferentes, y que cada una tiene su propio sueño. También conocimos cómo Amelia y Enid consiguieron sus sueños.
En esta sesión aprendimos que pensar en algunas de esas ideas, proyectos o deseos que tenemos, nos hace cosquillas en el alma.
Y conocimos cómo May consiguió su sueño.
May French Sheldon, que nació en 1847, soñó con viajar al corazón de África en un tiempo en que gran parte del continente seguía envuelto en misterio. Conseguirlo era dificilísimo, además de estar reservado a los hombres. May organizó una expedición a África distinta a lo que se había hecho hasta el momento: demostró al mundo que las mujeres también podían participar de esas aventuras, y además, que se podía realizar de una manera pacífica. Los más de cien porteadores de May, en un principio recelosos de acompañarla, pronto se vieron cuidados y respetados por ella, que veló siempre por su salud, los vacunó y revisó los tiempos de relevo. Cariñosamente la llamaron Bibi Bwana (Reina Blanca).
En aquella curiosa expedición, May se adentró en tierras extrañas en busca de los masáis y el salvaje Kilimanjaro. El abundante equipaje que llevaba (una bañera, sillas, mesas, sábanas, vajilla de porcelana, joyas, ropas...) no era el capricho de una rica, sino que respondía a su deseo de entrar en contacto con las tribus africanas sin violencia, y hacía de perfecta anfitriona, ofreciendo banquetes y regalos de todo tipo a los nativos.
May French Sheldon, que nació en 1847, soñó con viajar al corazón de África en un tiempo en que gran parte del continente seguía envuelto en misterio. Conseguirlo era dificilísimo, además de estar reservado a los hombres. May organizó una expedición a África distinta a lo que se había hecho hasta el momento: demostró al mundo que las mujeres también podían participar de esas aventuras, y además, que se podía realizar de una manera pacífica. Los más de cien porteadores de May, en un principio recelosos de acompañarla, pronto se vieron cuidados y respetados por ella, que veló siempre por su salud, los vacunó y revisó los tiempos de relevo. Cariñosamente la llamaron Bibi Bwana (Reina Blanca).
En aquella curiosa expedición, May se adentró en tierras extrañas en busca de los masáis y el salvaje Kilimanjaro. El abundante equipaje que llevaba (una bañera, sillas, mesas, sábanas, vajilla de porcelana, joyas, ropas...) no era el capricho de una rica, sino que respondía a su deseo de entrar en contacto con las tribus africanas sin violencia, y hacía de perfecta anfitriona, ofreciendo banquetes y regalos de todo tipo a los nativos.
Después de conocer el sueño realizado de May, sacamos nuestro cuaderno de sueños y vieron que la actividad propuesta para esta semana era anotar diferentes sueños que se les ocurrieran. Pero antes de empezar a escribir, quise hacer un ejercicio de visualización.
Para ello, sentados con la espalda recta en sus pupitres, cerraron los ojos e hicieron unas cuantas respiraciones profundas. A continuación, les guié lentamente para que se visualizaran a ellos mismos con su sueño conseguido, realizándolo. Intentamos que fuera lo más realista posible e implicamos a todos los sentidos: tenían que experimentar qué veían en ese momento, qué oían, qué olían, cómo se sentían... Tenían que vivirlo.
La verdad es que mis alumnos me sorprendieron gratamente. Aunque están acostumbrados a practicar mindfulness en clase periódicamente, les noté más implicados y entregados a la actividad que habitualmente. No sé si era por el hecho de que era yo quien guiaba la actividad y no el CD (¡también para mí fue un reto que resultó mejor de lo que esperaba!), o si se trataba de que era algo diferente a lo que están acostumbrados. Pero fue muy gratificante para mí porque me demostraron que ellos ya están entrenados para realizar este tipo de actividades, y todo transcurrió de una manera muy natural.
Con el ejercicio de visualización pretendía, por una parte, que experimentaran si esos sueños les hacían cosquillas en el alma, como ya habíamos hablado, y por otra, utilizar una de las herramientas de programación mental más poderosas. Esto es así porque nuestra mente inconsciente no es muy hábil para distinguir la realidad de la imaginación, y todo lo que imaginas vívidamente, la mente consciente lo considera como algo real. Si constantemente te visualizas teniendo éxito en una actividad, ese éxito ya existe en tu mente mucho antes de que tengas la oportunidad de materializarlo, y por tanto ha sido interpretado como algo real e incorporado a la experiencia. Al final, si la visualización es lo suficientemente persuasiva, tu mente procederá con base en esa visualización.
Durante el ejercicio, hubo muchos silencios para darles el espacio necesario para que cada uno explorara su sueño. Además, también tuvieron la oportunidad de ir cambiando de sueño si otros venían a su pensamiento. Fue muy bonito, porque pensé que en los silencios que dejaba, mis alumnos se inquietarían, o abrirían los ojos para ver qué sucedía... Pero no. Fue maravilloso verlos tan absortos en sus visualizaciones.
A continuación, tuvieron un momento para anotar en el cuaderno aquellos sueños que habían visualizado y algunos otros que se les ocurrieran en el momento y quisieran registrar.
Algunos de esos sueños fueron: ser escritor, ser paleontólogo, ser el mejor futbolista, ser veterinaria, ser regatista, ser masajista, ser cantante, ser profesora, ser político, aprender a pintar con unas ceras especiales, ser jugador de primera división, ser gimnasta profesional, ser explorador, fichar por el basquet Calvià, ser bombero, ser millonario, ser profesor de vela, trabajar en un bar, ser actor, ser el mejor jugador de Angry Birds Transformers, ser policía, ser reportero, ser snowboarder, ser profesor, hacer parkour, ser marinero, ser pintor (de cuadros), estudiar cocina, ser jugador de lucha libre, ser jugador de tenis, ser cocinera...
Un aspecto a tener en cuenta es si los diferentes sueños de una misma persona guardan relación entre ellos. Tengo alumnos que nombraron sueños de todo tipo (con el tiempo irán definiendo y concretando), pero en otros alumnos fue sorprendente que todos sus sueños tenían un elemento común. Por ejemplo, el mismo alumno dijo ser cantante, ser actor y ser pintor (de cuadros). Mmmmm... Parece que le atrae la parte artística, ¿verdad? Y otro alumno manifestó que algunos de sus sueños eran ser regatista, ser profesor de vela y ser snowboarder. ¿Pensáis que su trabajo ideal se desarrollaría en una oficina?
Durante esta semana, tranquilamente, pueden ir completando las páginas 3 y 4 del cuaderno para soñar, que podéis descargar aquí. Ellos, en clase, ya empezaron, pero como el cuaderno nos deja espacio para hasta 8 sueños, pueden ir añadiendo sueños estos días a medida que se les ocurran otros nuevos.
¡Nos vemos la próxima semana con Más que un capricho!
Hola Elena, muchas gracias por publicar tu trabajo, es excelente, me ha dado muchas pautas para mi labor docente, pero lastimosamente acá en donde vivo no he podido conseguir los libros... de todas formas te felicito de verdad.
ResponderEliminarHola Lorena.
EliminarVaya, lamento que no puedas conseguir los materiales. De todas formas, muchos proyectos y actividades que presento en el blog podrás realizarlas sin los libros. ¡Además de que encontrarás otros materiales que podrás descargar!
Un saludo.
Hola Elena soy Sonia Medina de Fray Bentos Uruguay. La verdad que es un placer leerte. Tus ideas son geniales e inspiradoras. Siempre te tengo como referencia. Muchas Gracias.
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