Manual para soñar: UN, DOS, TRES; DESAPARECE DE UNA VEZ
1 de agosto de 2016
¿Qué tal las vacaciones? Yo me he pasado un mes de julio de absoluto relax y vida familiar. Una delicia. Sin embargo, todavía tengo cosas que contaros que me quedaron pendientes del curso pasado, especialmente del Proyecto Entrénate para soñar y del Proyecto La pintura en España. Así que voy a intentar sacar ratitos para ponerme al día, así como para contestar mensajes, emails y comentarios pendientes (ya le he dado un buen estirón a eso estos últimos días :-)
Con esta sesión, Un, dos, tres; desaparece de una vez, terminamos con el segundo bloque que pretendía contestar al siguiente interrogante: ¿Cómo eres?
En la primera sesión de este segundo bloque, con Sí... pero no, vimos que, a veces, algo que te desagrada interfiere con aquello que disfrutas. Y conocimos el sueño de Gabriela. En la segunda, con Tal para cual, estuvimos trabajando sobre las cualidades y comprobando que no todos tenemos las mismas cualidades, igual que no todos tenemos los mismos deseos. Y conocimos el sueño de Mary. En la tercera, con Madera para soñar, vimos que cada persona tiene unas cualidades que la hacen única, y que al emplearlas para conseguir lo que desean, demuestran tener madera para soñar. Y conocimos el sueño de Martina. En la cuarta, con Difícil, pero no imposible, aprendimos que algunos sueños son difíciles de alcanzar, pero no imposibles. Y en la quinta, con Un sueño es un trampolín, analizamos las cualidades que, por un lado, tenemos, y que por otro, necesitamos desarrollar para alcanzar nuestro sueño.
En esta sesión, estuvimos hablando de que todos, en mayor o menor medida, tenemos dificultades para hacer algo que nunca hemos hecho. A veces, en función de la dificultad o de nuestras propias cualidades, nos resultará más fácil o más difícil realizar algo por primera vez. Sin embargo, lo que siempre ocurre es que, a medida que practicamos, esas dificultades van desapareciendo. ¡Todos mejoramos con la práctica!
Esto me parece importante que los niños lo asuman como algo obvio y que no lo cuestionen. ¡No hay que doblegarse ante las dificultades o tirar la toalla! A veces costará más y a veces menos, pero quien la sigue la consigue ¿verdad?
¿Qué cosas practican mis alumnos? ¿Y cómo se les da? ¿Qué pasaría si dejaran de practicar?
Keyla, por ejemplo, es una gran gimnasta. ¿Cómo ha conseguido desarrollar su agilidad, flexibilidad, equilibrio y demás cualidades que posee? ¿Cómo ha sido capaz de realizar tan maravillosas acrobacias? Practicando, y mucho...
¿Cómo mis alumnos han pasado, en su proceso de lectura, de descifrar el código con dificultad a leer de manera tan fluida? Pues practicando cada día, tanto en clase como en casa.
Todo lo que mis alumnos dominan lo han aprendido practicando. Y, por supuesto, antes de practicar no parecía tan fácil...
¿Qué cosas practican mis alumnos? ¿Y cómo se les da? ¿Qué pasaría si dejaran de practicar?
Keyla, por ejemplo, es una gran gimnasta. ¿Cómo ha conseguido desarrollar su agilidad, flexibilidad, equilibrio y demás cualidades que posee? ¿Cómo ha sido capaz de realizar tan maravillosas acrobacias? Practicando, y mucho...
¿Cómo mis alumnos han pasado, en su proceso de lectura, de descifrar el código con dificultad a leer de manera tan fluida? Pues practicando cada día, tanto en clase como en casa.
Todo lo que mis alumnos dominan lo han aprendido practicando. Y, por supuesto, antes de practicar no parecía tan fácil...
Así que ¡a practicar, practicar y practicar para conseguir nuestros sueños!
Quien no se dejó vencer por las dificultades fue Marta Arce Payno, nacida en Valladolid en 1977. Cuando era niña, Marta deseaba practicar judo, como hacía su hermano, pero a ella no se lo permitían, ya que nació con una forma de albinismo que le produce un déficit visual grave. En el colegio, además, la dejaban sentada en un banco durante las clases de deporte. Sin embargo, Marta no se dio por vencida, y tanto fue así que consiguió ser yudoca y dominar, durante 14 años seguidos, el judo paralímpico español en su categoría, además de conseguir numerosos trofeos en otras competiciones internacionales de yudo.
A través del judo, Marta aprendió que todos tenemos la posibilidad de llegar hasta donde nos propongamos, y que siempre podemos hacer mucho más de lo que hacemos. ¡La voluntad es el motor para alcanzar nuestros objetivos! Además, Marta que, como yo, ha estudiado coaching, asegura que las derrotas le han enseñado más que las victorias y que de ellas ha obtenido lecciones para la vida.
Aquí tenéis un breve vídeo sobre ella:
Después de reflexionar sobre las dificultades y la práctica, y de conocer la historia de Marta, realizamos las fichas correspondientes a esta sesión (páginas 11 y 12 del segundo cuaderno). Podéis descargarlas aquí o haciendo click sobre ellas.
Esta sesión nos propone un reto. Durante todo un fin de semana, los niños deben comer sujetando los cubiertos con la mano contraria a la que suelen comer. Esto puede resultar bastante divertido para ellos, y quizás algo menos para sus padres, jeje. Se trata de empezar en el desayuno del sábado y finalizar en la cena del domingo. Pasados esos dos días, con todas sus comidas, deben valorar el cuestionario para analizar las dificultades que han encontrado y ver en qué han mejorado.
Después, deben buscar paralelismo con sus sueños. ¿Qué dificultades pueden encontrar para alcanzar su sueño y qué pueden hacer para superarlas?
Cuando pregunté a mis alumnos sobre el reto, me encontré de todo, desde alumnos que decían que les había resultado fácil comer con la otra mano desde el principio, hasta otros a los que les pareció bastante difícil. Sin embargo, todos coincidieron en que habían mejorado desde la primera hasta la última comida. ¡Y sólo fueron dos días!
En clase, además, lo ven con compañeros que sufren alguna lesión que les inmoviliza la mano con la que escriben. Al principio, escribir con la otra mano resulta casi misión imposible. Sin embargo, rápidamente mejoran su habilidad. Tanto que, cuando les quitan la venda o el yeso, ¡son casi unos expertos!
Nos vemos en la siguiente sesión, con ¿Cuánto falta?... ¿Cuánto falta?... ¿Cuánto falta?, con la que iniciamos el tercer bloque que pretende contestar a la siguiente pregunta: ¿Cuán lejos está tu sueño?
Aquí tenéis un breve vídeo sobre ella:
Después de reflexionar sobre las dificultades y la práctica, y de conocer la historia de Marta, realizamos las fichas correspondientes a esta sesión (páginas 11 y 12 del segundo cuaderno). Podéis descargarlas aquí o haciendo click sobre ellas.
Esta sesión nos propone un reto. Durante todo un fin de semana, los niños deben comer sujetando los cubiertos con la mano contraria a la que suelen comer. Esto puede resultar bastante divertido para ellos, y quizás algo menos para sus padres, jeje. Se trata de empezar en el desayuno del sábado y finalizar en la cena del domingo. Pasados esos dos días, con todas sus comidas, deben valorar el cuestionario para analizar las dificultades que han encontrado y ver en qué han mejorado.
Después, deben buscar paralelismo con sus sueños. ¿Qué dificultades pueden encontrar para alcanzar su sueño y qué pueden hacer para superarlas?
Cuando pregunté a mis alumnos sobre el reto, me encontré de todo, desde alumnos que decían que les había resultado fácil comer con la otra mano desde el principio, hasta otros a los que les pareció bastante difícil. Sin embargo, todos coincidieron en que habían mejorado desde la primera hasta la última comida. ¡Y sólo fueron dos días!
En clase, además, lo ven con compañeros que sufren alguna lesión que les inmoviliza la mano con la que escriben. Al principio, escribir con la otra mano resulta casi misión imposible. Sin embargo, rápidamente mejoran su habilidad. Tanto que, cuando les quitan la venda o el yeso, ¡son casi unos expertos!
Nos vemos en la siguiente sesión, con ¿Cuánto falta?... ¿Cuánto falta?... ¿Cuánto falta?, con la que iniciamos el tercer bloque que pretende contestar a la siguiente pregunta: ¿Cuán lejos está tu sueño?
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