Cuéntame un cuento: Los tentáculos de Blef - Miedo

¡Hola! Hoy voy a ampliar el repertorio del Proyecto Cuéntame un cuento con un cuento que trabajé con mis alumnos el primer día de clase de este curso. Es de la colección Los tentáculos de Blef. El protagonista de esta colección es Blef, un pequeño extraterrestre de color verde al que a veces, cuando le pasan cosas, le cambian de color los tentáculos. Y en el cuento de hoy Blef siente miedo y sus tentáculos se vuelven de color morado.



Blef no consigue dormirse. ¿Será que no tiene sueño? ¡Nooooo! Lo que pasa es que mañana es su primer día de colegio. El suyo y el de tod@s sus compañer@s. ¿Quieres conocer a su nueva pandilla de amig@s y descubrir quién les enseñará a identificar y gestionar sus miedos de una manera sana, respetuosa y divertida al mismo tiempo?



Como veis, no es casualidad que trabajásemos este cuento el primer día de clase. Por cierto, aquí tenéis a mis alumnos ese primer gran día. Ya tocaba, que todavía no había compartido ninguna imagen 😉


Como decía, no fue casualidad trabajarlo el primer día. A diferencia de "El monstruo de colores va al cole", que trata la vuelta al cole de una manera desenfadada y divertida (desde mi punto de vista, "quitándole cierto hierro al asunto"), este cuento hace hincapié en la emoción del miedo, concretándola en el miedo que siente Blef ante su primer día de colegio, pero ofreciendo una excelente herramienta para trabajar educación emocional y abordar todo tipo de miedos.

El cuento empieza de noche, cuando todos duermen menos...


Aquí vemos mejor a Blef... ¿qué le pasa?


Sed, pipí y constantes llamadas de atención... Blef necesita protección y amor para poder enfrentarse a un miedo anticipatorio: ¡mañana es su primer día de cole!


A la mañana siguiente, Blef no tiene nada de hambre. Su papá, con cariño, le guarda el desayuno para después. ¡Mejor no forzar a comer en estas situaciones! Eso sí, Blef lleva consigo su bufanda, en la que deposita el apego que siente por sus padres y que le acompaña a todas partes. Su bufanda le da seguridad y le ayuda a calmar su ansiedad por la separación.


Al llegar al colegio, Blef no conoce a nadie. Pero fijaos bien... ¿Blef es el único que tiene miedo? Pistas, pistas... posturas corporales, esconderse ¡y hasta moquear!


Una vez en clase la cosa no mejora mucho. Sin embargo, su profesor, Klin, les ayuda a hablar sobre sus miedos. Más tarde, les enseña un juego. ¡El juego del comemiedos! Así que todos, para empezar, dibujan sus miedos en un papel. Es una manera de expresarlos y gestionarlos, proyectarlos fuera de ellos a través del dibujo.


Miedos de todo tipo son doblados y guardados en la caja comemiedos. ¡No sin antes decir unas palabras mágicas! "Miedo de Blef, vete de una vez", "Miedo de Droy, no me asustas hoy", "Miedo de Cleo, eres muuuuy feo", "Al miedo de Minibú le decimos: tururú".


Finalmente, el día ha pasado muy rápido. ¡Qué ganas de que sea mañana para volver a jugar!


Finalizado el cuento, el libro nos propone realizar nuestra propia caja comemiedos. Y nos facilita las palabras mágicas: "Miedo, miedito, no te necesito. Al meterte en esta caja te volverás pequeñito...". Aunque también nos invita a a inventar una rima con cada nombre.


¿Y qué hicimos nosotros? Pues precisamente eso: dibujar nuestros miedos y meterlos en la caja comemiedos. A la hora de dibujarlos respeté su intimidad y no les pregunté. La mayoría de mis alumnos compartían sus miedos espontáneamente, pero dejé que fuera algo totalmente libre. Por tanto, no les pedí que me mostraran sus dibujos.



Una vez plasmados nuestros miedos, doblamos la hoja por la mitad ¡y a la caja comemiedos! Por supuesto, inventamos una rima con el nombre de cada alumno. Ahora no puedo recordarlos, porque íbamos improvisando, pero eran del tipo: "El miedo de Romeo, ya no lo veo", "El miedo de Aitana, se lo lleva una rana", "El miedo de Said, ya se va de aquí"... Ya os digo que improvisamos sobre la marcha y fue muy divertido.


Las últimas páginas del cuento son una guía para padres y educadores. En ella encontramos información sobre el miedo: qué es, para qué sirve, cómo saber si los niños sienten miedo si no lo expresan directamente, cuáles son los miedos más habituales por edades, así como pautas para gestionarlo. Por otro lado, tenemos el análisis de algunas escenas del cuento y propuestas de trabajo.




Por último, hay algunos recortables para jugar y para expresar diferentes emociones.



Además, en la página de la editorial, Emonautas, encontraréis estos mismos recortables para descargar (¡a mí me daría mucha pena recortar el cuento!), así como muchos otros recursos.



¿Y a partir de qué edad recomiendo esta colección de cuentos? (Hasta ahora se han publicado los cuentos del miedo, la tristeza y la rabia). Pues a partir de los 3 añitos. Me parecen ideales para trabajar en la etapa de educación infantil. Aunque ya sabéis que para mí los cuentos no tienen edad. Mis alumnos disfrutaron mucho del cuento porque, además, en función de la edad, lo enfocas de una manera o de otra. Y en cuanto al recurso de la caja comemiedos, ¡yo creo que se puede usar hasta los 8 años tranquilamente!

Un recurso más para trabajar la educación emocional con los más pequeños 😍




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4 comentarios

  1. Me ha encantado!!, cuántas herramientas hay para gestionar las emociones y que bien lo haces Elena!!

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    1. Muchas gracias :-)
      La verdad es que sí. Hoy por hoy ¡hay muchísimo material infantil dedicado a desarrollar la inteligencia emocional de los más pequeños!

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  2. Elena me encanta lo que haces y cómo lo haces. Enhorabuena por tu trabajo.

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